¿Qué pasó?. Esa es la pregunta
que se hace todo el mundo desde las diez de la noche del pasado domingo 15 de
octubre; y cuando digo todo el mundo, me refiero literalmente a todo el mundo.
La incredulidad se apoderó de
los venezolanos y de la comunidad internacional después que la presidenta del
Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, leyó los resultados con “tendencia
irreversible” de las elecciones regionales en las que los candidatos del Psuv
obtuvieron 18 gobernaciones; los de la MUD cinco; y una estaba en disputa para
ese momento.
Resulta sospechosamente
increíble que a pesar de que los innumerables sondeos realizados en distintas
fechas antes de las elecciones, el 80% manifestara su descontento y rechazo al
régimen de Nicolás Maduro; y sus candidatos pasaran el examen de admisión.
Tras las lecturas directas y
entre líneas de los resultados, creo que los mismos son la consecuencia de una
serie de hechos que no fueron previstos o calculados por la MUD para atacarlos
a tiempo.
El primero fue sin duda el
abuso del ente electoral, impidió a toda costa la sustitución de candidatos, permitió
la instalación de mesas con miembros y testigos accidentales, reubicaron
centros electorales horas antes de las elecciones, se hizo la vista gorda con
la actuación del Plan República que controlaba quién y cuándo entraban los
miembros de mesa, etc.
El segundo hecho, y hay que
decirlo por la calle del medio, es que nuestra gente, nuestros hombres y
mujeres que a diario sobreviven a la escasez de alimentos, a la falta de
medicinas, a la inseguridad, a la compra de dinero en efectivo; en fin, a la
peor crisis de la historia de Venezuela, no salió a votar. Usted que me está
leyendo sí lo hizo, pero quizás no.
En las elecciones del pasado
domingo participó un 61% de electores; mientras que en las Parlamentarias del 2015
la participación fue del 74 %, y en 2013 cuando Nicolás ganó pírricamente, participo
el 79% del electorado. Como vemos, no todos los que se necesitaban para lograr
los resultados que auguraban las encuestas, votaron el 15 de octubre.
La tercera razón que valdría
la pena analizar radica en los candidatos de la MUD escogidos en primarias.
Internamente las organizaciones políticas se pusieron de acuerdo por un fin
común: salir de la pesadilla de Maduro, y avanzar hacia el cambio, pero en el
camino algunos se desviaron y como dicen por allí, “jugaron para atrás”.
Está claro que para enfrentar
y derrotar al régimen, la Unidad sincera es indispensable; pero hay algunos
personajes que se resisten a asumir ese compromiso.
En mi artículo de la semana
pasada lo advertí, “Encuestas no empreñan, vota”. Hoy tenemos unos resultados con sabor amargo y
cinco gobernadores y gobernadoras que tendrán que estar al frente de las circunstancias
y llevar en sus hombros la responsabilidad de brindarles a sus ciudadanos lo
que este nefasto régimen no cumplió.
Edward Rodríguez
@edwardr74
Muy bueno tu articulo Edward. Es verdad. Entre los que no votaron y los candidatos de MUD desunidos, le sirvieron la torta al oficialismo. Ojala que esta leccion sirva para las proximas elecciones. Yo SI voto concientemente. Y quisiera que los demas tambien lo hicieran asi. hay que educar desde la base y movilizar a las personas desde el comienzo de la campaña hasta el final de la jornada electoral. tengamos FE que las cosas mejoraran. Eslo que nos mantiene con vida.
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