martes, 30 de enero de 2018

Lorenzo, cucaramaca o muerte súbita


Sin duda alguna el nombre de Lorenzo Mendoza es el más escuchado en la calle, supermercados, transporte público, cafés, reuniones sociales y por supuesto, entre opinadores, analistas  y encuestadores, para ser el candidato presidencial de la oposición venezolana que enfrente a Nicolás Maduro y el régimen.

Quizás el que, hasta ahora, ha profundizado más sobre Mendoza como posible candidato es el  presidente de la empresa Datincorp, Jesús Seguías. En una entrevista en el diario zuliano Panorama del 21 de enero del presente año, antes de la convocatoria electoral realizada por la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente, señaló que el presidente de Empresas Polar se vislumbraba como un fenómeno electoral  parecido a Carlos Andrés Pérez o Hugo Chávez.

Seguías, decía que veía a Lorenzo como un candidato fuera de los partidos, que genera confianza y  puede garantizar inversiones, esto aunado a lo que le reflejan los estudios realizados por su firma Datincorp que reflejan que el 82% de los venezolanos demanda  por la solución económica; mejor escenario imposible para un candidato.

Hoy recuerdo mucho lo que una vez me dijo la muy respetada dirigente político y diputada Liliana Hernández que “para ser candidato presidencial hay que querer ser presidente, y después de querer y desear SER se procede a consultar a su entorno familiar para comunicar e informar de las pretensiones,   pero el gusanillo de querer SER no lo detiene nadie, ni la esposa; pasada esa prueba asume la candidatura”. Por lo que vemos, el señor Lorenzo se debate a lo interno y en lo familiar si es oportuno o no ser candidato presidencial.

Su silencio pareciera apuntar a que en el fondo no quiere ser Presidente y sus más cercanos no quieren que lo sea para no poner en riesgo el conglomerado de empresas que están bajo su mando, si eso es así, lo respetamos y lo valoramos, pero es hora que le diga a los venezolanos que descarta su participación y así todos esos corazones que lo ven como la opción voltearán la mirada hacia otra u otro aspirante con tanto o más méritos que Mendoza.

Particularmente soy de los que cree que si Lorenzo acepta, la Mesa de la Unidad Democrática se va a unir entorno a él, sería un candidato de consenso que entusiasmaría a los venezolanos de oposición y a los venezolanos que ven con medio ojo al Gobierno, que sufren tanto como el resto, que son minoría y que también buscan irse del país. La realidad hoy es que se tienen todas las condiciones en contra, pero dando la batalla tendríamos un nuevo Presidente en Venezuela.

Es aquí donde cabe la reflexión sobre del cuento de  los  dos  hombres que fueron capturados por unos caníbales; los salvajes les preguntaron cómo querían morir, si por cucaramaca o muerte súbita, el primero dijo que por cucaramaca (dejo a su acertada imaginación en qué consistía el método cucaramaca); al ver el segundo hombre lo que le hicieron a su compañero, prefirió la muerte súbita. Los caníbales le dijeron “perfecto, pero primero vamos con cucaramaca y después muerte súbita”.

¿Conclusión?, con este Gobierno, así el señor Mendoza no sea el candidato presidencial, que hasta el régimen quiere; sus empresas tampoco estarán a salvo en los próximos seis años de resultar reelecto Nicolás o cualquiera de ellos que representa el modelo fracasado y visceral del socialismo del siglo XXI.

Mientras Lorenzo se debate entre cucaramara o muerte súbita, vayamos pensando en otros connotados venezolanos como Ramón Guillermo Aveledo, Cecilia García Arocha, el padre Luis Ugalde o el ex grande liga, Omar Vizquel. Les aseguro que nos quedamos cortos pero hay que tener un candidato ya porque “el tiempo perdido hasta los santos lo lloran”.

Edward Rodríguez
@edwardr74





lunes, 29 de enero de 2018

La oposición necesita un candidato que también mueva el voto del Gobierno



Un candidato fuera de los partidos, es decir, sin militancia partidista, que anime al elector, que genere confianza, que transmita emoción, y sobre todo que tenga reconocimiento nacional; son las características básicas que debe tener el candidato presidencial de la oposición venezolana para enfrentar a Nicolás Maduro en abril; según el consultor político, Edward Rodríguez.

A casi dos meses de la elección, aún y cuando no hay una fecha definida por el Consejo Nacional Electoral (CNE), la Unidad no tiene el nombre de su contendor a pesar de que hay dirigentes políticos como Henry Falcón y Claudio Fermín que hicieron de conocimiento público sus aspiraciones.

El tiempo vale oro y creo que para esta elección presidencial, aún más. No se puede perder más tiempo en la definición del candidato. Se vaya o no a la elección presidencial, hay que tener un candidato”.

Estas declaraciones las ofreció el también director de Microtarget Consultores, durante una entrevista en el programa De Primera Mano transmitido por radio Fe y Alegría, y el Canal 11 del Zulia.

Refirió Rodríguez, que él cree que hay que participar en las presidenciales porque es la vía para lograr el cambio de Gobierno, pues la calle demostró en los años 2014 y 2017 que lo que logró fue un centenar de personas asesinadas, miles de detenidos y un sinfín de violaciones de derechos humanos.

Sobre la tesis de no ir a las presidenciales, el consultor político se pregunta “cuál es la estrategia o el plan que hay si no se participa en las elecciones?”.

“En la dirigencia opositora no ha habido coherencia y eso genera en la gente y en el electorado una especie de ambigüedad que se refleja en su apatía llegada alguna elección”.

Enamorar las bases

Para Edward Rodríguez, las venideras elecciones presidenciales en Venezuela, las ganaría la oposición si cuenta con un candidato que además de motivar el voto opositor, enamore las bases del oficialismo y por consecuencia directa obtenga su respaldo en las urnas electorales.

La situación económica que golpea a todos sin distinción, la falta de medicinas, la inseguridad, el desempleo, entre otros problemas; hacen mella en los seguidores del régimen, a tal punto que estarían dispuestos a votar por un cambio de Gobierno que les garantice condiciones y calidad de vida, según los últimos sondeos.

“Esos regalos de Niño Jesús, Reyes Magos, de embarazadas, de guerra y cuanto disparate les cruce por la cabeza, que se inventa el Gobierno todos los días son insuficientes no para vivir, sino para sobrevivir en este país donde con el sueldo mínimo integral mensual sólo compras un kilo de queso y diez panes. Aquí, ya nadie se cree el cuentico de la guerra económica, el sabotaje, etc”.

A decir del director de Microtarget Consultores, esos pañitos de agua caliente del Gobierno no resuelven el problema de producción en el país, raíz del desabastecimiento alimentario que golpea duro a la clase baja.

Sobre ese posible candidato que enamore las bases oficialistas y motive el voto opositor, Rodríguez indicó que efectivamente Lorenzo Mendoza es una opción porque goza de reconocimiento nacional, su trayectoria empresarial ha calado en todos los sectores del país.

“Otros nombres que reúnen ciertas condiciones que se necesitan ahorita para motivar el voto son Ramón Guillermo Aveledo; la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha; e incluso, Omar Vizquel. Aquí lo primordial es definir ya el candidato que enamore a ese electorado decepcionado”. 
Prensa Microtarget Consultores
29-01-18



martes, 23 de enero de 2018

Macabro mensaje a García



A una semana de la “Masacre de El Junquito”, de los hechos posteriores, declaraciones oficiales, retraso en la entrega de los cuerpos de Oscar Pérez y compañeros, y la violación al derecho que tenían sus familiares de darles sepultura cuando quisieran, donde quisieran y como quisieran, no cabe duda que el régimen, con estas acciones, envió un macabro y claro mensaje a todo aquel que intente sublevarse o ponga en juego la dictadura.

Recordaba el famoso texto de auto superación escrito por Elbert Hubbard en 1899, en el cual relataba la anécdota del soldado Rowan cuando lo llamó el Presidente de los EEUU de ese entonces y le hizo entrega de una carta y la orden de llevarla a García, sin dar detalles de dónde y cómo ubicarlo. El soldado tomó el papel, arrancó para Cuba, se internó en la sierra, localizó a García, líder de los insurgentes españoles, y le entregó el mensaje. Logró el objetivo y apareció tres semanas después al otro extremo de la isla con la misión cumplida.

Seguramente debe haber muchas historias de Rowan en la entrega del mensaje a García.

Ahora bien, tropicalizando un poco este hecho histórico, no vacilé ni un momento en pensar que lo sucedido el pasado 15 de enero del presente año y lo ocurrido con Oscar Pérez se trata un macabro mensaje a García, y no precisamente de auto superación sino de “candelita que se prenda, candelita que se apaga”.

El régimen pretende intimidar o neutralizar lo que pudiera estarse gestando dentro de los cuerpos de seguridad y el ala militar, un descontento generalizado que provoca el hambre, la escasez y esta locura económica que los sueldos miserables no alcanzan ya ni para cubrir la alimentación de una semana.

Hay un cultivo de desesperación en cada estrato de la sociedad venezolana, sin excepción, y el régimen sabe que una de las formas de frenarlo es ejecutando acciones que le suben el costo político, pero aguas abajo lo que realmente buscan es generar y transmitir miedo en sectores de poder.

Si un piloto con un helicóptero y tres compañeros con una acción específica incomodó al régimen, y vaya de qué manera; no quieren arriesgarse a que exista la posibilidad de que otros con más conocimientos y responsabilidades bélicas pudieran optar por la misma ruta. A buen entendedor pocas palabras, quien se atreva vivirá lo mismo que Pérez y sus familiares también, entonces el mensaje es claro.

Del lado de Oscar Pérez vimos sus mensajes por las redes sociales y algunos medios internacionales; aún y cuando creo que sus actuaciones fueron individuales y no planificadas para la clandestinidad, no descartemos que le hablara a un grupo determinado, es decir, que él también estuviera enviando un mensaje, tal vez encriptado para el régimen (situación que les sigue generando intranquilidad), pero clarito para su o sus destinatarios. 

No siempre la fuerza se responde con fuerza, pudiéramos estar en presencia de un espiral de violencia que sabemos cuándo arranca, pero no cuándo se termina. Valdría la pena que el gobierno repasara un poco la historia, sobre todo hoy 23 de enero fecha en la que se cumplen 60 años de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

Edward Rodríguez
@edwardr74





martes, 16 de enero de 2018

Oscar Pérez, final suspendido



Antes de proceder con mi análisis y opinión sobre el final trágico, mediático e inhumano de el ex piloto del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Oscar Pérez, doy mis condolencias a sus familiares y amigos de Pérez; así como a los deudos de quienes cayeron junto a él.

El 15 de enero de 2018 será recordado en Venezuela y el mundo, como el día de la demostración de la violación de Derechos Humanos más flagrante que ha ejecutado el régimen de Nicolás Maduro. Tras un intenso combate, que incluyó todo tipo de armas, artefactos y vehículos de guerra, que logró la neutralización y rendición de Pérez y sus compañeros según lo que pudimos ver en los videos; estos fueron asesinados.

Desde el primer día, aquel 27 de junio de 2017 Día del Periodista, que vimos las imágenes del helicóptero, los videos de la pancarta pidiendo la activación del artículo 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las supuestas detonaciones en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ); en un país donde el Gobierno controla todo, aeropuertos, inteligencia, contrainteligencia, infiltrados, sapos, culebras y afines, dudamos de la acción de Oscar Pérez, se llegó a pensar que se trataba de un montaje, y cómo no dudarlo si algo que también sabe el modelo cubano venezolano es de montar show y vivir de show en show.

Ante aquella película y guiado por mi incredulidad, usé un comodín para saber de qué se trataba toda esa acción con un toque hollywoodense; llamé a un colega periodista que goza de mi respeto profesional y personal, quien me dio su impresión y hoja de vida de Oscar Pérez, por lo que de inmediato y descarté la hipótesis de “montaje mediático”, o “trapo rojo”.

Pero  en la opinión pública no fue así, faltó quizás un mejor manejo por parte del  llamado movimiento nacional “Soldados de franela” para la venta de su proyecto.

Esa hazaña sin opinión pública favorable tendía a morir en corto tiempo, la segunda razón es que los proyectos individuales también se estancan, pues no forman parte de un colectivo.

Hugo Chávez en 1998 usó las armas del Estado, se reveló contra el sistema, manejó todo desde el Museo militar, dispararon, hubo bajas, pero se le permitió entregarse y hablar a los medios de comunicación para dirigirse al país y al mundo para decir el famoso “por ahora” que le permitió llegar al poder seis años más tarde. Sin duda alguna hizo un buen manejo público de su intento fallido de Golpe de Estado, logró ese determinante apoyo colectivo que necesita cualquier movimiento para hacerse del Poder.

Oscar Pérez pudo hablarle a una reducida opinión pública por tener saldo en el teléfono, usar las redes sociales para suplicar que detuvieran el ataque porque estaban dispuestos a entregarse no le valió de nada, no corrió con la misma suerte que Hugo en su momento; pues el régimen de Nicolás decidió no concederle un “por ahora” al ex piloto del Cicpc y sus compañeros; sino que prefirió darles un hasta nunca. 

Estas líneas las escribo para que queden sentadas y para la historia, seguro ya mañana es periódico de ayer lo de Oscar, pero no para sus tres hijos, su madre y su familia.

En 18 años de asesoría cubana el gobierno ha aprendido a jugar con los tiempos, a esperar hasta el último minuto, contar hasta 100, ejecutar y esperar reacciones para contraatacar.

La clandestinidad dura muy poco, Oscar y su grupo lograron mantenerse seis meses en ella, comunicándose con el exterior a través de las RRSS que fácilmente son detectables, un error que pareciera no calcularon muy bien.

Ahora bien, todas las formas de lucha tienen consecuencias. La de Chávez tuvo la suya: un golpe fallido, prisión, indulto, elección y triunfo electoral. La de las FARC, más de 50 años en la confrontación, violando derechos humanos, asesinando, secuestrando y dedicadas al narcotráfico terminaron en una negociación y hoy aspirando a cargos políticos.

Mandela, también tuvo su propia historia: lucha, prisión y negociación con sus opresores. 

Cada quien decide cuál es su forma de lucha.

Edward Rodríguez
@edwardr74




martes, 9 de enero de 2018

Recuperar la majestad perdida


Esta casa se jod..”, diría la famosa Vieja de la cerca y los mangos para resumir la pérdida de respeto y majestad que han tenido los cargos de los funcionarios públicos en Venezuela, y que constituye, aunque parezca una nimiedad, un gran problema a solucionar dentro del cambio y reconstrucción del país.

Desde hace tiempo me preocupa el tema porque el respeto es la base de la confianza; determinante para el crecimiento, desarrollo, progreso y futuro en cualquier tipo de relación.

Hablar de un Alcalde era referirse con respeto al gobernante de más cercanía a los ciudadanos, compartiéramos o no la ideología o la tendencia política que representara; uno decía: es el alcalde de mi ciudad.

Un diputado o senador tenían un significado distinto, sobre él recaía la función de redactar leyes, controlar y denunciar la corrupción, el narcotráfico y todo lo que anduviera mal. De un gobernador se decía que era aquella figura que uno veía con más mérito para regir los destinos de las regiones.

En el caso de los ministros, había ese toque de admiración y de sentir que tenía méritos para ser el motor de un Gobierno; el de infraestructura hacer carreteras, el de finanza la política económica de la nación, el de minas en el caso de Venezuela la política petrolera.

Los jueces, magistrados, fiscales y defensores públicos, la ley y la rectitud por sobre todas las cosas, eran los hombres y mujeres “ciegos” para ser justos y con una balanza sobre sus hombros.  Hoy por hoy sentimos que toda esa majestad de perdió.

En la actualidad nos da igual quien sea el alcalde pues ya no goza de nuestro respeto, no nos asombra, ni nos preocupa si nos gobierna un malandro o un corrupto pues decimos: eso no sirve y seguimos. Si nos hablan de un parlamentario, preguntamos, ¿Qué hace fulanito?, ¿Qué denunció?, ¿Qué se logró con eso?. Descalificamos, faltamos el respeto y seguimos.

Valdría la pena reflexionar sobre el tema para rescatar la majestad de los cargos, el respeto al funcionario público designado y electo a través del voto, sino examinamos y reconsideramos al respecto creo que sería difícil volver a creer en esa majestad.

Para esto, el trabajo del político tiene que ser ejemplar, de conocimiento en la materia, de sensibilidad social, de carácter y cercanía para que genere credibilidad en la sociedad. De parte de nosotros, los ciudadanos, la tarea consiste en volver a creer, en confiar, y sobre todo en respetar.

Hay ciudades en el mundo donde la gente no sabe quiénes los gobiernan, pero el sistema funciona. En el caso nuestro el protagonismo personal siempre está presente y por encima del trabajo o responsabilidad que se tiene.

Creo que si de ambas partes se construye esa nueva majestad estaríamos recuperando un valor fundamental en quien nos dirige.

En días pasados conversando con varios venezolanos en el exterior en condición de exilio me impresionó la magnitud de la opinión que se tiene sobre funcionarios públicos en ejercicio o no. “Fulano de tal se vendió, sutano, a ese lo compraron,  perencejo se llenó los bolsillos, eran los señalamientos que se hacían contra ministros, alcaldes, jueces, gobernadores y cualquier otro funcionario público cuyo nombre saliera a relucir en la tertulia.

En medio de esa especie de fusilamiento colectivo, yo me preguntaba: ¿será que nadie se salva?. Las redes sociales  tienen un papel preponderante en la descalificación, pero no podemos creer que son las responsables de todo cuando el valor fundamental de la majestad del cargo está en manos de quien lo ostenta. 

Tener un cargo para no ejercerlo no tiene sentido, tenerlo y ejercerlo mal es peor todavía, pero tenerlo y no trabajar en que vuelva la admiración y el respeto es algo imperdonable.

Del cargo presidencial lo dejamos para un próximo artículo; sin duda el más devaluado de todos, pero es momento de cambiarlo y salir de este desastre para recuperar la majestad.

Edward Rodríguez
@edwardr74



martes, 2 de enero de 2018

Los hijos de Chávez y Bolívar


Desde el día que falleció el comandante, los herederos del trono, los cercanos en el ocaso, los excluidos del poder por chismes y diretes asumieron ser los hijos de Chávez y Bolívar.

Por un lado, hay una prole socialista. Ellos son los que dicen darle felicidad al pueblo tomando como ejemplo a Cuba, pero con un exagerado toque venezolano; es así como en la isla caribeña existe la tarjeta de racionamiento de alimentos, pero en la patria del Libertador, lo que hay es desabastecimiento; para salir del mar de la felicidad se necesita una balsa o salir premiado en una lotería; mientras que en Venezuela hay que desbancarse para reunir unos pocos dólares y así poder comprar un pasaje en autobús, no en avión porque aerolíneas no quedan.

Esta descendencia de hijos crueles, miente descaradamente; prometen luz y se va, prometen perniles y no llegan, y si acaso llegan unos poquitos, no logras reclamarlo porque a algún “honorable” funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana, le da por disparar hacia la cola y matar a mansalva a cualquiera que la esté haciendo obligado por el hambre; dan aumentos salariales que se  desvanecen en la primera compra; ganan elecciones ayudados por el CNE y someten al pueblo bajo esa consigna miserable de “somos los hijos de Chávez”.

La otra camada la componen los resentidos, despedidos y expulsados del cogollo; un amigo decía que los cogollos son malos cuando no se está adentro, del resto son muy buenos.

Estos retoños lo encabezan hoy día Rafael Ramírez el súper ministro de energía y minas y ex presidente de Pdvsa, quien lleva en sus hombros la destrucción de la principal industria del país, la creación de “la faja de la corrupción”, el despido masivo de trabajadores que no eran afectos al régimen, el creador del lapidario lema “rojo rojito”, entre otras tantas “hazañas”.

Hoy ese hijo, que a cada rato recuerda que él fue de los poquitos que estuvo acompañando al comandante supremo en su lecho de muerte, denuncia que vamos por mal camino, que el control cambiario beneficia a un entorno de Maduro, que cientos de jóvenes están saliendo de Venezuela para ser esclavos o prostituirse, que el régimen que él representó busca a punta de fracasados  Dakazos solucionar la economía.

Ramírez en su más reciente artículo despepitó tantas cosas que uno se pregunta ¿En qué momento y lugar de Mónaco entró en la reflexión profunda y decidió disparar contra sus hermanos y ex camaradas sin que le cayeran esquirlas en el cuerpo?. Esos mismos hermanos que dicen ser hijos de Chávez y Bolívar lo salvaron con una decisión del TSJ para que no fuera investigado  por corrupción en la comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional.

Luisa Ortega Díaz, es la otra hija desterrada; hoy vive en el exilio como millones de venezolanos, en lo personal valoré mucho el paso que dio en el 2017 cuando denunció que se había roto el hijo constitucional, pero también le sale una mea culpa, igual al maestro general Miguel Rodríguez Torres quien siendo ministro de Interior y Justicia llevó la oleada de represión y detenciones del 2014.

No podemos dejar de mencionar a Jorge Giordani el primero en salir del círculo de Nicolás, a él se unió Ana Elisa Osorio; ambos fueron los primeros “hijos traidores”, según sus hermanos de lucha.

En conclusión, tenemos dos grupos que se hacen llamar los hijos de Chávez y Bolívar, los que gobiernan y oprimen; y los que obligados o no saltaron la talanquera.
Escribía Carlos Alberto Montaner en estos días que en Argentina llegaron a cantar la consigna “puto y ladrón, queremos a Perón” ojala y en estos 364 días que quedan del 2018 no digamos con los hijos de Chávez y Bolívar “con hambre, miseria y corrupción me resteo hasta la victoria siempre” y procedamos a cambiar al peor gobierno de la historia democrática de Venezuela.


Edward Rodríguez
@edwardr74



Hay que jugarle limpio a Venezuela

  Después de casi cinco años sin sentarme a escribir un artículo de opinión, que hacía con rigurosidad todas las semanas hasta diciembre del...