martes, 26 de junio de 2018

El Periodismo es anti poder



Les confieso que me debatía entre escribir sobre las nuevas sanciones de la Unión Europea a funcionarios del Gobierno de Nicolás que hoy viven más presos que libres y aunque tengan guardaespaldas y poder no pueden salir del territorio nacional, eso por lo menos a unos, por no decir que a la mayoría, les entra un fresquito, y a ellos, o sea, a los sancionados, una preocupación; el poder no es para siempre, se acaba en un abrir y cerrar de ojos; o escribir sobre el periodista, por celebrarse su día en Venezuela este 27 de junio.

Opté por escribir sobre nuestra profesión, esa profesión que se lleva en las venas, el  corazón y el cerebro. Tres elementos que no pueden faltar para ser un buen periodista.

Ya con 20 años de ejercicio en el periodismo, pero hoy dedicado a la consultoría política, al marketing político, puedo decir que el periodismo siempre está sembrado en uno y sólo se es periodista desde el momento que comienzas a vivirlo, a soñarlo, a trabajarlo intensamente desde una sala de redacción, desde la calle, desde investigación y la denuncia. Cada quien en su fuente desarrolla esta labor de vida, en el deporte, en la farándula, en la publicidad,  en las redes o en cualquier otra área que tenga implícita la palabra comunicación.

“Vivimos para contar”, decía mi padre, un periodista empírico; de allí surgió subjetivamente en mí esa esencia que hoy desarrollo.  Hoy podemos decir que en Venezuela nuestra profesión ha estado a prueba de todo, lo primero es que nunca se abrazó a este gobierno, siempre ha permanecido del lado de los hechos y de los principios democráticos, el periodismo ha superado la barrera de los cierres de medios,  la persecución, el destierro y ha tenido que reinventarse todo el tiempo para seguir sobreviviendo.

La lucha es contra el poder, es la filosofía natural, la esencia; sin embargo, hay que  adaptarse a los nuevos tiempos, adaptarse a nuevos relatos, a una nueva forma de contar las cosas para continuar denunciando ante la opinión pública lo que está mal hecho, la corrupción, la violación de los derechos humanos, entre otros temas. Pero también está en nosotros mostrar la cara del emprendimiento, de la resistencia y lo novedoso.

Hoy gracias a este Gobierno sin escrúpulos y enemigo público de los medios de comunicación que en su haber tiene el cierre de Rctv, de más de 200 emisoras de radio, y de una veintena de periódicos; muchos colegas de primera línea están fuera de nuestras fronteras quizás no haciendo lo que quisieran hacer, pero seguramente pronto lo harán, vaya mis palabras de aliento, para los que siguen en Venezuela el doble de reconocimiento.

Jorge  Ramos, afamado periodista mexicano y presentador de la cadena Univisón, decía que nuestra responsabilidad social como periodista es retar aquellos que están en el poder y prevenir el abuso del poder, eso lo seguimos haciendo cada quien desde su trinchera.  Mario Vargas Llosa  lo define como arena movediza, lo odias pero estás dispuesto a lo que sea por conseguir una noticia, es prácticamente un vicio.

El periodismo responsable siempre tiene consecuencias y el poder nunca sonríe a esto pues sabe que ante una prensa libre deben dormir como los presos: con un ojo abierto y el otro cerrado; así duermen en Miraflores.

Sin duda, el periodismo es el “mejor oficio del mundo” como decía Gabriel García Márquez. 

El periodismo es anti poder por naturaleza.

Edward Rodríguez
@edwardr74






martes, 19 de junio de 2018

“Por ahora” Colombia no será Venezuela



Nada más fácil y rápido que decir un “por ahora”. No gané “por ahora”, no lo logré “por ahora”, “por ahora” me retiro y “por ahora los objetivos no fueron cumplidos”, Chávez lo dijo en su momento y quizás muchos políticos alguna vez también lo hayan  dicho, así que no es una frase exclusiva del difunto Hugo Rafael, ni que creo el ahora ex candidato presidencial colombiano, Gustavo Petro, haya querido expresarla  para emular a Chávez, cosa que no hacen ni Correa ni Evo al menos que le dieran un chequecito.

De los  casi 37 millones de ciudadanos inscritos para votar en Colombia, 10 millones lo hicieron por Iván Duque, ocho millones por Petro y casi un millón  votó en blanco, el resto se abstuvo. Matemáticamente Gustavo Petro sacó muchos votos que pudieran interpretarse como anti gobierno, anti uribistas, anti partido tradicionales  o antisistema, eso suele pasar siempre  en estos países latinoamericanos.

Gustavo Petro  trató de distanciarse del discurso de izquierda aun y cuando todos los militantes de esa tendencia ideológica lo apoyaban. Tiene cola de cochino, cara de cochino, oreja de cochino, ¿qué es?, Un cochino. Por lo tanto los que votaron por él, en su justa mayoría y respetando la inteligencia humana lo hicieron conscientemente.

Para los venezolanos es aterrador pensar en gobiernos de izquierda, la experiencia que hemos vivido en estos 19 años ha sido nefasta, hemos visto que gobiernos altamente corruptos antes de la llegada de Hugo Chávez, el llamado “socialismo del siglo XXI” superó a los anteriores, con creces en corrupción, destruyó las empresas, acabó con el ciudadano, con los alimentos y la producción interna, encarceló a la disidencia, dio poder a los delincuentes y destruyó un país, mientras sus jerarcas se enriquecieron.

Es aquí donde reza el dicho “nadie escarmienta por cabeza ajena”, aquellos hermanos colombianos que  vinieron a Venezuela en los años 70 y 80  huyendo de la guerra interna generada por la guerrilla y paramilitares, se regresaron a su país, ahora huyendo de la crisis humanitaria ocasionada por la “Revolución bonita” de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

En su momento se determinará hasta qué punto influyó en la campaña comparar a Petro con Chávez, o hasta qué punto la diáspora venezolana tocó la fibra de los colombianos; me atrevería a decir que lo segundo sí hizo su trabajo propagandístico, aunque si yo fuese colombiano y viera la barba de mi vecino  arder, me hubiese sumado a los que votaron por Duque y hubiese apostado no por 10 millones, sino por 15 millones o 18 millones por el buche.

Con esos ocho millones, Gustavo Petro  seguirá siendo una amenaza para los colombianos y en el 2022 pudiera aterrizar en el Palacio de Nariño, que Dios proteja  a los hermanos vecinos.

Mientras tanto, a Iván Duque le tocará la tarea de gobernar para los diez millones, para los ocho millones que sin duda significan algo, para el casi millón que le hicieron caso a Sergio Fajardo y para todos los que no votaron en el proceso electoral. Tendrá que darle respuesta al acuerdo de paz con la FARC si se respeta o se desconoce y hacer uso de su capacidad intelectual, juventud, hoy una virtud en gobernantes en el mundo como el caso de Macron en Francia, o Justin Trudeau en Canadá.

El buen humor, la capacidad de escuchar, de trabajar en equipo son otras de las virtudes resaltantes en el nuevo Presidente de Colombia, que tendrá que poner en práctica para llevar un gobierno en paz.

“Por ahora” Colombia no es Venezuela y esperemos que nunca caigan en el barranco en el que nos metió la desvelada izquierda a través del “Socialismo del siglo XXI”.

Edward Rodríguez
@edwardr74


martes, 12 de junio de 2018

El peor momento de la oposición



El pasado domingo 10 de junio no entendía lo que ocurría por las redes, los hashtag de “Luis Florido delincuente”, “traidor”, “expulsado”, entre otros; me obligaron a indagar a profundidad y revisar cuál era la razón del ataque en su contra; arremetida en la que también participó el padre del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, que escribió recomendándole al diputado Florido, quien es presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, que renunciara, pues carecía de “valor” y principios.

Ahora bien, grosso modo, el ataque virtual comienza por la supuesta designación que Luis Florido hizo de unos delegados o representantes de la diáspora venezolana en varios países, sin consultar, ni respetar el liderazgo de venezolanos en el exilio formado en cada una de esas naciones. Esta fue la gota que derramó el vaso, pero también se especuló sobre el desvío o desaparición de un dinero que las ONG´s internacionales estaban aportando para la ayuda de los millones de inmigrantes venezolanos.

Lo cierto es que le arrancaron la cabeza a Luis Florido de la comisión de política exterior pero me parece que entre el gobierno y la misma oposición dentro de su organización y de los aliados entre comillas hicieron leña del árbol caído.

Será el mismo Florido quien aclare lo sucedido, como en su momento lo hizo el diputado de Primero Justicia, Juan José Caldera, luego de que saliera a la luz la grabación de la reunión que sostuvo con Wilmer Ruperti, o como también lo hizo Heliodoro Quintero y cuanto dirigente le ha tocado la puerta el escándalo.

Igual ocurrió con la denuncia sobre ayuda para campañas electorales por parte de la empresa Odebrecht a dirigentes de la oposición que ya salieron a responder sobre lo sucedido, pero la gente no se cree el cuento, sin embargo, tienen que mostrar la cara de honorabilidad y credibilidad, que es lo más importante en la gestión pública.

Por otro lado, y dentro de este momento por el que atraviesa la oposición venezolana, tenemos el interesante el caso de los diputados. Resulta que se habla de tres clases, la “Clase C”, que son los que no tienen ni para llegar a las sesiones, sin sueldo, sin viáticos y desasistidos por todos lados; luego están los de la “Clase B”, son los que se pagan sus propios gastos; y los de la “Clase A”, son quienes gozan de la ayuda desde afuera y pueden costear muchas cosas, quiere decir que entre nuestros diputados también hay una exclusión y una república que va por dentro.

Lo mismo ocurre con la mini MUD, el mini Frente Amplio, los mini partidos y las inexistentes alianzas, hasta la inverosímil excusa de Eduardo Semtei al partido de Henri Falcón porque el Chato Guede, militante de la Causa R, se fue para España.

Otro caso es la de la oposición que está fuera de Venezuela, perseguida, excarcelada, donde unos libran una batalla diaria para sobrevivir, otros y en las medidas de sus posibilidades ayudan a los que van saliendo del país, pero otros están haciendo negocios a costilla de la crisis venezolana, se la mantienen de avión en avión, de locheros, de enchufados y corruptos, algunos presos, otros huyendo.

Sin duda estamos en el peor momento de lo oposición venezolana, ojalá los invada la coherencia, y haya un restablecimiento de principios y valores.

Por cierto, y valga el inciso, aún no sé ¿Por qué sonreían tanto los cuatro gobernadores opositores sentados en la Casa Amarilla en el sofá esperando la liberación de los presos políticos de Nicolás Maduro?.

Al que le pique que se rasque y al que no, pues que construya una agenda común. El peor momento de la oposición es hoy.
Edward Rodríguez
@edwardr74



martes, 5 de junio de 2018

Desnuclearizar a Arreaza



Cuando el mundo va camino a frenar una guerra nuclear, por las reiteradas y pintorescas amenazas del líder norcoreano Kim Jong Un, y que posiblemente lleguen a su final este de 12 junio cuando se reúna con el Presidente de la otra potencia mundial, Donald Trump; en Venezuela estamos nadando contra corriente.

Antes, no hace mucho tiempo tampoco, cuando vivía Hugo Chávez era promotor de cuanta Cumbre se le ocurría, y en un abrir y cerrar de ojos contaba: “un, dos, tres, pollito inglés”, y se hacía la Cumbre; pero ahora parece que la orden es distinta. Que Nicolás Maduro haya decidido sacar a Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA), es un hecho; así  lo reiteró este lunes 4 de junio el canciller de la República, Jorge Arreaza, que por cierto fueron bastante reseñadas sus declaraciones y pataletas.

En un tono light y sereno, lanzó esa bombita del preaviso y luego su jefe Nicolás anunció que decretaría “día festivo” cuando Venezuela ya no esté en la OEA; pero para eso va a tener que seguir esperando por lo menos un año más porque esos trámites se tardan dos años; capaz y se queda con las ganas.

Lo que ocurrió este 4 de junio en la asamblea general de la OEA quedará en el recuerdo por el triste papel de un aprendiz de canciller (Arreaza), y por la diplomática e impecable confrontación que le hizo el canciller chileno Roberto Ampuero quien comparó al ex yerno de Chávez, con “una pared con la que no se puede dialogar”, además lo señaló como parte de los responsables de llevar a Venezuela a un “callejón sin salida”, y remató dejando al aire la reflexión: “¿si así nos trata a nosotros, cómo tratará a su pueblo?”

Sin duda  El canciller Jorge Arreaza llevó lo suyo en la sesión 48 de la Asamblea General de la OEA.

Recuerdo a Arreaza en el programa de entrevistas que conducía por VTV, aun y cuando por la línea editorial de ese medio y de pronto del mismo entrevistador, sólo llevaban invitados afectos al régimen, parecía muy ponderado, o sea, se mostraba como pez en el agua. Al dejar la TV, asumió cargos en el ministerio de Ciencia y Tecnología, se casó con una hija de Chávez, y hasta fue Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela durante tres años y bajo el primer mandato de Nicolás, hasta que en el 2017 lo nombran canciller.

Este triste célebre canciller venezolano pasará a la historia por el preaviso de la salida de Venezuela de la OEA, si es que antes no la suspenden los países miembros tal como se discute en estos momentos en el que escribo este artículo; y por las pataletas dadas en la 48 Asamblea General del organismo.

Hoy más aislados que nunca, hoy más desprotegidos y navegando más solos en las aguas internacionales, cada nación con sus propios conflictos y problemas.

Quizás Arreaza piense que si a Cuba no le hizo falta estar en la OEA ¿por qué a nosotros nos va hacer falta? A veces las bombas no suenan ni se sienten hasta que caen, por eso es mejor un mundo desnuclearizado en ideología también.

Hay que desnuclearizar a Arreaza.

Edward Rodríguez
@edwardr74



Hay que jugarle limpio a Venezuela

  Después de casi cinco años sin sentarme a escribir un artículo de opinión, que hacía con rigurosidad todas las semanas hasta diciembre del...