martes, 27 de febrero de 2018

Candidato único, un sólo desastre



El 27 de febrero de 1989, hace exactamente 29 años ocurrió en Venezuela el “Caracazo”, un hecho sin precedentes en el país hasta ese momento; producto del hambre y el desespero de los venezolanos ante una crisis económica inferior a la que padecemos hoy que es el resultado del fracaso de la llamada “revolución” liderada por el fallecido Presidente Hugo Chávez y continuada por Nicolás Maduro tras su deceso hace cinco años.   

Tres décadas después, este 27 de febrero de 2018, Nicolás inscribirá su candidatura para reelegirse como Presidente de la República; sin duda alguna obtendrá la victoria, pues es el único aspirante en la contienda, los demás, léase Henri Falcón; el pastor evangélico, Javier Bertucci; son los “tontos útiles” que necesita el gobierno para darle el carácter legal a la fraudulenta elección del próximo 22 de abril.

¿Qué hizo Nicolás en estos cinco años?  Nos llevó al nivel más bajo al que un gobernante puede conducir a un país en materia económica y social: la pobreza extrema. Según el último estudio de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) “ENCOVI 2017”, la pobreza extrema alcanzó el año pasado el 61,2 % cuando en el 2014 estaba en el 23,6%.

A pesar de las limosnas convertidas en misiones, bonos o cuanto nombre se le ocurra, para controlar o comprar a gran parte de la población, el estudio de la UCAB da cuenta que el 56,9% no las recibió, ni las recibirá, agregaría yo; mientras que el 42,8% recibió sólo algunas. Ninguno de estos pírricos “beneficios”, ni la caja Clap, ni mucho menos el carnet de la patria, han detenido la carrera hacia la pobreza extrema, pues la inflación galopante, paradójicamente, se crece con cada medida económica ejecutada por el Gobierno.

El candidato único que aspira a reelegirse como primer Mandatario de Venezuela, en lo económico avanzó en la destrucción del sector empresarial, basta con transitar un kilómetro por alguna vía principal de cualquier ciudad del país para que note la cantidad de negocios cerrados, pues el sistema los mató; también puede darse una vuelta por cualquier zona industrial para ver que hoy son cementerios industriales.

Los centros comerciales están convertidos en espacios para ver y no comprar, con precios exorbitantes e inalcanzables; el parque automotor, indicador del progreso de un país, está pasando aceite: un gran porcentaje de concesionarios cerrados, modelos viejos de vehículos, y un creciente museo automotriz, pues carro que se daña, carro que se para porque evidentemente tampoco hay repuestos.

Estos son sólo algunos de los logros del Presidente-candidato, a esto se le suma las del sector salud, inseguridad, y la más palpables de todas: la crisis humanitaria que con el pasar de las horas se agudiza, aunque el ahora canciller Jorge Arreaza haya tenido la desfachatez de negarla en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, tal como lo hizo en su momento, Delcy Eloína Rodríguez.

Como vemos, es ampliamente conocida la gestión de Nicolás y la devastación que ha originado y que su entorno insiste en negar porque cuando se vive o se está en el cogollo es difícil detectar las necesidades y carencias de los demás, en este caso, de casi 30 millones de venezolanos.

La guinda que le faltaba al pastel la puso Oscar Figuera, secretario del Partido Comunista de Venezuela (PCV) este lunes cuando le pidió a Maduro que en su reelección ejecute la nacionalización de la banca e industrias. Ante esta bárbara solicitud uno se pregunta: ¿este señor recién llegó de la isla?, ¿no se dio cuenta que  en 19 años de ejercicio de la “revolución”, por citar un ejemplo, compraron el Banco Venezuela, empresas de pañales, de leche, supermercados, etc, y los llevaron al estricote?.

Personas como Figuera plantea ideas recalcitrantes y siguen siendo parte de la comparsa, la idiotez a la máxima expresión, ni gobierno han sido, y mucho menos han tenido incidencia, pero  prefieren seguir en el papel que es mejor que le pasen y le mojen la manito así sea en campaña.

Lo peor es que están convencidos que el desastre es el mejor camino, nos falta ver mucha agua correr y gente morir en esta Venezuela que está en terapia intensiva, y con un pronóstico nada reservado: un solo candidato y un solo desastre.

Edward Rodríguez
@edwardr74





martes, 20 de febrero de 2018

Nicolás a lo Nicaragua



Sin sorpresa. No hay que tener una bola de cristal para saber lo que va ocurrir el 22 de abril del 2018 en Venezuela, sin duda veremos una elección presidencial similar a la de Nicaragua celebrada en el 2016, cuando fue “reelecto” por tercera vez Daniel Ortega, luego de que se le arrebatara la representación legal al Partido Liberal Independiente (PLI), considerado una fuerza importante de la oposición, y se creara otras organizaciones políticas para respaldar a Ortega y por supuesto se financiara a candidatos de apariencia opositora para que “compitieran” en la contienda electoral y darle la legalidad de rigor al proceso.

Resultados del 6 de noviembre del 2016, Ortega, según el CNE nicaragüense, se alzó con la victoria obteniendo un 68.2% de los votos con una abstención de 31.8%, que representaba más de dos millones y medio de votantes, pero la verdad verdadera es que la abstención llegó al 70% y sólo participó un 30% de la población electoral; así  tenemos que quien realmente ganó la elección presidencial en Nicaragua fue la abstención que no sirvió como motivo de lucha en la calle y de denuncia ante el mundo sobre el fraude descarado cometido en el país centroamericano.

Valga acotar que esos dudosos resultados fueron avalados también por la misión técnica de la Organización de Estados Americanos (OEA)  representada  Wilfredo Penco. En el 2017 se realizaron las elecciones municipales y el frente sandinista volvió a barrer en las urnas electorales y obtuvieron la mayoría de las alcaldías; cualquier parecido con la realidad venezolana “es pura coincidencia” con la salvedad de que en la patria de Bolívar, se celebraron primero las municipales y regionales para ponerle fecha después a las presidenciales: 22 de abril de 2018.

En los próximos días veremos candidatos de apariencia opositora lanzándose al ruedo para medirse con Nicolás. Hasta el momento tenemos en cola a Claudio Fermín, fue el primero en saltar a la arena, no lo pensó dos veces, y creo que tampoco lo consultó mucho.

El otro es Henry Falcón, como a estas alturas no sé si realmente lo hará o no, puedo decir que si decide hacerlo pese a la decisión de la MUD, el señor Falcón se estaría jugando su carrera política y el trabajo que con esfuerzo logró consolidar al frente de la gobernación del estado Lara y la alcaldía de Barquisimeto.

Particularmente creo que la lucha no sería contra Maduro ni sus ex compañeros, su verdadera batalla sería contra la Unidad y terminará pulverizado, haciéndole un flaco favor al régimen.

El tercero en la fila es el pastor evangélico, Javier Bertucci, quien este fin de semana se perfiló como “potencial” contrincante para Maduro, durante todo el día domingo, cuando hizo pública sus aspiraciones, fue Trending Topic en las redes sociales, no por poner su nombre a la orden para ser candidato presidencial; sino por aparecer en la investigación de los Panamá Papers. Fue detenido en el 2010 por estar involucrado en el contrabando de cinco mil toneladas de combustible diésel, y cuenta con el apoyo irrestricto de Diosa Canales.

Ahora bien, que quede claro que el 22 de abril no habrá ninguna sorpresa, lo que sí habrá en Venezuela ese día no serán unas elecciones limpias y transparentes, como tampoco veremos unos candidatos “opositores” limpios y transparentes. Mis estimados lectores no se dejen engañar, ya lo saben.

La abstención no se juramenta, ni tampoco tumba gobiernos, por eso lo más lógico, coherente y congruente es que los líderes políticos venezolanos de oposición que decidieron dedicarse a este  oficio, se pongan al frente de esta lucha acuerden de una vez por todas la ruta para salir de esta crisis, y se la comuniquen al país para que todos vayamos por el mismo camino.

Seis años más con Nicolás, sería imperdonable.
Edward Rodríguez
@edwardr74




martes, 13 de febrero de 2018

Piedra, papel o elecciones


El tiempo sigue corriendo, el reloj no se detiene y la oposición venezolana deshoja la margarita sobre la conveniencia de ir o no a las elecciones presidenciales del próximo 22 de abril.

Estos carnavales, que recién terminan, tuvieron particularidad de la marcada ausencia de temporadistas en playas, sitios turísticos y recreacionales; la histórica diáspora venezolana que no deja de aterrarnos, y la encerrona que desde el pasado jueves tienen los líderes de los partidos políticos en donde el único punto a discutir es participar o no; quizás para cuando usted esté leyendo este artículo, hayan conseguido la clave para salir de la encrucijada donde nos encontramos.

Ahora bien, deshojemos la margarita. El primer punto tomar en cuenta, y en el que insistimos cada vez que se puede, es la coherencia. Si no se firmó en República Dominicana porque no se garantizaban las condiciones electorales para unas elecciones libres, etc; entonces ¿cómo es que hay un sector que pretende ir a esa contienda electoral precipitada y que desde su convocatoria ha tenido el rechazo de una buena parte de la opinión internacional que ha manifestado que no reconocerán los resultados por considerarlos fraudulentos?.

El segundo punto es la selección del candidato, los que figuraban mejor en las encuestas están inhabilitados o presos y los que públicamente aspiran como son los dos Henry (Allup y Falcón) no gozan del consenso de los partidos y de la preferencia de los venezolanos. El tema se torna complejo cuando la Causa R hace pública su posición de no convalidar una nueva farsa electoral, y por el contrario, proponen mantener la lucha por restituir el derecho a elegir libremente, a esta línea se suman Alianza Bravo Pueblo (el partido de Ledezma) y Vente Venezuela, (movimiento de María Corina Machado), con estas manifestaciones podemos deducir que no hay una unidad homogénea, “por ahora”.

Usted, estimado lector quizás, también se encuentra o en una especie de “piedra, papel o elecciones”, al pensar o conversar sobre el tema de participar o no en las presidenciales. Cualquiera de las dos posiciones tienen peso y  justificación; la de no ir es la que ondea la bandera de la coherencia; pero la de ir siempre y cuando se vaya unido, con un solo candidato que emocione, con una calle activa desde ya hasta los días posterior a las elecciones; es la que empuña la bandera del cambio urgente porque la crisis humanitaria no puede seguir esperando por un día más para ponerle fin.

Faltan 45 días para el 22 de abril, y el único pétalo que queda en la margarita deshojada es el de la ausencia de un plan que respalde las posiciones de participar o no en las presidenciales; cual sea el camino a transitar, lo único claro que hay en esta encrucijada es que la Unidad sincera debe prevalecer y fortalecerse para enfrentar lo que venga porque es la única manera.

Piedra papel o elecciones; con Unidad todo, sin Unidad nada.
Edward Rodríguez
@edwardr74



jueves, 8 de febrero de 2018

Candidato que se lance fuera de la MUD tiene asegurada la derrota



Una derrota electoral para quien o quienes aspiren enfrentar a Nicolás Maduro; y la legitimación de su eventual victoria; serían los resultados que obtendría el candidato que se lance a la contienda fuera de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), según Edward Rodríguez, consultor político y director de Microtarget Consultores.

Esta afirmación la hizo durante el programa “A quien corresponda”, con Tony Romero, transmitido por TV, a propósito de la convocatoria de las elecciones presidenciales realizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) el pasado miércoles.

“Candidato que, hoy y bajo las actuales condiciones, salga fuera de la MUD, tiene ya marcada en la frente la derrota electoral y además contribuye a la legalidad de reelección de Maduro”.

Refirió Rodríguez que hay que mantener la coherencia de Santo Domingo, es decir, si no se firmó el acuerdo por falta de garantías, entonces no se puede ir a un proceso electoral en esas condiciones. 

Recordó que se hace urgente y necesario que la oposición trace una estrategia y plan de acción para cualquiera de los escenarios que se puedan dar. A decir del consultor político, dicho plan de acción en primer lugar debe estar dirigido a la exigencia de elecciones libres en lo “inmediato”.

Aquí no hay tiempo para corto o mediano plazo. Ese plan de acción lo debe motorizar la MUD con un capitán que genere credibilidad, confianza y determinación. En el plano internacional, el plan sería seguir presionando a otro nivel distinto a las sanciones; hoy hay 500 mil venezolanos en Colombia, 100 mil en Perú, 200 mil en Chile, más de un millón en EEUU y España debe estar por ese orden. Los venezolanos en el exterior también deben moverse para exigir elecciones libres”.
El director de Microtarget Consultores destacó que para llevar a cabo cualquier plan de acción es “necesario mantener la Unidad a costa de lo que sea”; razón por la  que considera importante y urgente que los jefes de los partidos políticos hagan un extra muro para limar sus diferencias y darle el mando a una sola persona.

“Si no queremos guayabo el 23 de abril, hay que tener un plan de acción ya. Ese plan debe reagrupar a los venezolanos, encender la esperanza, motivar la calle, etc”.

Lo que tiene Maduro

Escasez de alimentos y medicinas, desempleo, inflación galopante, corrupción incontrolable y a todo nivel, y una larga lista de problemas es lo que tiene Maduro para su campaña con miras a la reelección, según Edward Rodríguez.

El Gobierno también tiene problemas internos, sabe que están mal, que no resuelve los problemas básicos de la gente y la corrupción galopante, unos pocos se hicieron muy ricos y la gran mayoría muy pobres y a los que sostienen con las limosnas llamadas bonos del Niño Jesús, de Reyes magos, Carnaval y cuanto disparate se les ocurra”.

Asimismo refirió que a la lista con lo que cuenta el Gobierno para correr en las presidenciales convocadas para el 22 de abril, se le suma que tienen un “pésimo candidato que no tiene discurso, ni apoyo de las bases para continuar el legado de Hugo Chávez.

Ya para finalizar, el consultor político comentó que en su opinión la MUD “no cerró la puerta del diálogo”, pues quien se levantó de la mesa fue el Gobierno.

“Hay un dicho alemán que reza: ‘quien se levanta de la mesa tiene que saber que va tener que volverse a sentar’, y eso es bueno que lo tenga bien presente el Gobierno”.

Prensa Microtarget Consultores
08-02-18

Hay que jugarle limpio a Venezuela

  Después de casi cinco años sin sentarme a escribir un artículo de opinión, que hacía con rigurosidad todas las semanas hasta diciembre del...