Si en algo coincidimos los venezolanos, sin importar
la ideología o preferencia política; es en buscar, de una vez por todas, una
solución a esta crisis que cada día se agudiza más, y que nos afecta a todos
sin excepción.
Estamos a las puertas de un nuevo diálogo, en el que
con mucho recelo, hay quienes creen que esta vez sí se puede avanzar hacia la
solución, que pasa entre otras cosas por desactivar la confrontación y el
ventajismo del Gobierno en los procesos electorales, punto álgido e importante
en el cambio constitucional y democrático.
Hoy apostamos por la libertad de los presos políticos,
el regreso de los exiliados, el respeto de los derechos fundamentales y el
canal humanitario, que de paso cada día vemos cómo ONG´s, partidos políticos,
candidatos, ciudadanos de a pie, etc, se organizan para llevar el pan a los más
pobres en medio de esta grave situación.
Ciertamente esa mano amiga y de desprendimiento tiene
una recompensa ante Dios, pero hay que decirlo, esa es una responsabilidad del
Gobierno de Nicolás, es él, y quienes lo acompañan, los que tienen que brindar
calidad de vida, oportunidad de trabajo y progreso para todos, además de
garantizar la producción del país, que ya ni eso saben hacer pues el modelo que
llevan en la cabeza es el de la destrucción y la desidia, al punto que se han
negado en abrir el canal humanitario para alimentos y medicinas.
Lo segundo que considero positivo es la participación
de los gobiernos amigos y la presencia de asesores que gozan de mi credibilidad
y respeto como son: Jorge Roig, expresidente
de Fedecamaras, empresario del sector
metalúrgico y de la construcción, hemos conocido su posición y las intenciones
de buscar encuentros y avances con el Gobierno; al economista Asdrúbal
Oliveros, director de Ecoanalitica, maneja al derecho y al revés los
números de nuestra economía, sabe en la
bomba de tiempo donde estamos montado.
Así como también Colette Capriles psicóloga social, consultora política y
articulista; Marcela Maspero, presidenta de la Unión de Nacional de
Trabajadores; Feliciano Reyna, activista de derechos humanos; y el experto en
negociación para resolución de conflicto Gustavo Velásquez. Creo que faltó en
ese grupo el doctor Pedro Nikken, amplio conocedor de la materia y que tuvo un
protagonismo importante en la mediación de Nicaragua.
Las cartas están sobre la mesa. Creo que si se
comunica bien, si se tienen negociadores y asesores de nivel, y el Gobierno no
mete otra de sus patrañas de engaño, esta reunión del 1 y 2 de diciembre
debería rendir sus frutos para el bien del pueblo venezolano, quien al fin y al
cabo, es el que lleva la peor parte de la crisis, conflicto, situación,
confrontación, o como se le quiera llamar.
En Alemania reza el dicho: “quien se para de la mesa, siempre tiene que regresar a sentarse”; esperemos
que ninguno se pare y salga humo tricolor.
Edward Rodríguez
@edwardr74