martes, 28 de noviembre de 2017

Diálogo: avance hacia la solución



Si en algo coincidimos los venezolanos, sin importar la ideología o preferencia política; es en buscar, de una vez por todas, una solución a esta crisis que cada día se agudiza más, y que nos afecta a todos sin excepción.

Estamos a las puertas de un nuevo diálogo, en el que con mucho recelo, hay quienes creen que esta vez sí se puede avanzar hacia la solución, que pasa entre otras cosas por desactivar la confrontación y el ventajismo del Gobierno en los procesos electorales, punto álgido e importante en el cambio constitucional y democrático.

Hoy apostamos por la libertad de los presos políticos, el regreso de los exiliados, el respeto de los derechos fundamentales y el canal humanitario, que de paso cada día vemos cómo ONG´s, partidos políticos, candidatos, ciudadanos de a pie, etc, se organizan para llevar el pan a los más pobres en medio de esta grave situación.

Ciertamente esa mano amiga y de desprendimiento tiene una recompensa ante Dios, pero hay que decirlo, esa es una responsabilidad del Gobierno de Nicolás, es él, y quienes lo acompañan, los que tienen que brindar calidad de vida, oportunidad de trabajo y progreso para todos, además de garantizar la producción del país, que ya ni eso saben hacer pues el modelo que llevan en la cabeza es el de la destrucción y la desidia, al punto que se han negado en abrir el canal humanitario para alimentos y medicinas.

¿Qué veo de importante en la reunión de diálogo que se realizará entre el 1 y 2 de diciembre en República Dominicana?  Primero, lo positivo y acertado que ha sido el manejo comunicacional previo que ha consistido en  dar a conocer los nombres de las personas que participarán por el lado de la oposición.

Lo segundo que considero positivo es la participación de los gobiernos amigos y la presencia de asesores que gozan de mi credibilidad y respeto como son: Jorge Roig,  expresidente de Fedecamaras, empresario  del sector metalúrgico y de la construcción, hemos conocido su posición y las intenciones de buscar encuentros y avances con el Gobierno; al economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalitica, maneja al derecho y al revés los números  de nuestra economía, sabe en la bomba de tiempo donde estamos montado.

Así como también Colette Capriles  psicóloga social, consultora política y articulista; Marcela Maspero, presidenta de la Unión de Nacional de Trabajadores; Feliciano Reyna, activista de derechos humanos; y el experto en negociación para resolución de conflicto Gustavo Velásquez. Creo que faltó en ese grupo el doctor Pedro Nikken, amplio conocedor de la materia y que tuvo un protagonismo importante en la mediación de Nicaragua.

Las cartas están sobre la mesa. Creo que si se comunica bien, si se tienen negociadores y asesores de nivel, y el Gobierno no mete otra de sus patrañas de engaño, esta reunión del 1 y 2 de diciembre debería rendir sus frutos para el bien del pueblo venezolano, quien al fin y al cabo, es el que lleva la peor parte de la crisis, conflicto, situación, confrontación, o como se le quiera llamar.

En Alemania reza el dicho: “quien se para de la mesa, siempre tiene que regresar a sentarse”; esperemos que ninguno se pare y salga humo tricolor.

Edward Rodríguez
@edwardr74



martes, 21 de noviembre de 2017

Ledezma movió el ajedrez


Hay  un dicho que reza  “el último que se vaya, apaga la luz”; hago alusión de él para referirme a la fuga del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, quien pasó más de mil días de encierro entre recintos carcelarios y su domicilio, que al final por muy cómodo que fuera, seguía estando preso.

Ahora bien, ver que un luchador y un líder político de la talla y temple de Ledezma, se fue de Venezuela nos obliga a preguntarnos: ¿qué quedará para nosotros que aún seguimos en el “país potencia” hecho añicos por la revolución del siglo XXI?

Debo decir que me contenta que Ledezma huyera por las vías principales desde Caracas hasta la frontera con Colombia, y no por las trochas. Su traslado contó con la ayuda de militares no me cabe la menor duda, pues cuando hay fuga en un penal siempre existen dos elementos: la complicidad interna y el factor sorpresa; ambas se dieron en este caso.

La verdadera historia de cómo salió el ex alcalde de Caracas la sabe él y dos personas más, ni tonto que fuera para relatar con pelos y señales de cómo ocurrieron los hechos. No se puede poner al descubierto el punto débil del régimen, es decir, no se puede delatar la ruta y la ayuda que pueda ser útil para cualquier perseguido político.

Quizás algún día, o de pronto ya alguien debe estar recopilando  las historias de las fugas de nuestros dirigentes políticos perseguidos por el régimen, conozcamos un poco más los detalles de lo que Ledezma definió como una experiencia “peliculezca”; por más plan de contingencia que se tenga el susto y la adrenalina deben ir abrazadas y con un solo objetivo, vivir y pensar en la familia.  

Antonio movió el ajedrez. Sin duda alguna hará un papel histórico y de mucha ayuda desde el exilio, su voz tendrá más auditorios, y más puertas de palacios presidenciales en el mundo se abrirán para recibirlo a pesar de las pataletas de Nicolás, que dicho sea de paso, tiene sin cuidado a la comunidad internacional.

En medio de la euforia que ha causado el “golazo” que le metió Antonio al régimen; al huir del país sin problema alguno, y ser recibido por el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy; considero prudente que todo dirigente político venezolano en el exilio debe tomar en cuenta la recomendación de Fernando Mires, “yo respeto a los cubanos que quisieron conducir a la resistencia desde Miami, pero sólo hay que mirar cómo les fue”. Desde fuera no se puede conducir un proceso donde uno no participa.

En esta nueva jugada que le anota un punto muy valioso a los millones de venezolanos que demandamos el fin de la crisis y un cambio urgente; creo necesario que tanto los políticos exiliados, magistrados del TSJ legítimo, la fiscal Ortega Díaz unifiquen esfuerzos y remen todos hacia una misma dirección, de manera que el sacrificio que están haciendo al dejar por obligación su patria en busca de una solución a la inédita situación de Venezuela, no sea en vano y arroje resultados lo más pronto posible porque el pueblo ya no aguanta más.

Antonio se mueve en el tablero como muchos otros actores políticos, aquí  la lucha sigue por salir de este desastre, la luz no se apaga y falta mucho para que salga el último.

Edward Rodríguez
@edwardr74


martes, 14 de noviembre de 2017

Sentados en una bomba de tiempo

El tiempo corre y se agota, algunos dirían que “a paso de vencedores”; lo cierto es que hoy los venezolanos (léase, no enchufados), vivimos uno de los momentos más críticos y desesperantes de los que se tenga memoria o registro. La crisis nos estalló en la cara.

Basta ir a un supermercado, panadería, charcutería o carnicería para sentir el tic tac del reloj de esa bomba de tiempo cuando preguntas por el precio de un kilo de queso, diez panes, un kilo de carne o una bolsa de leche en polvo. Sólo queda suspirar y decir una vez más: esto no se aguanta, ¿cómo hace para sobrevivir una familia con un sueldo mínimo?.

Hace un año nos sorprendía ver a la gente comiendo de la basura, escuchar el cuento de alguna persona decir que sólo comía dos veces, o menos, al día, peor aún, reencontrarte con un amigo y notar que bajó de peso no por estar fitness o a la línea, sino por no alimentarse como Dios manda.

La semana pasada vi que uno de mis compañeros de trabajo calentaba su almuerzo en el microondas y le pregunté qué iba a comer y la respuesta aún retumba en mi cabeza: arroz blanco; así como lo lee estimado lector, arroz blanco con un vaso de agua. En esa vianda no había salado, es decir, proteínas como carne, pollo o pescado.

Historias como esas se repiten, por miles, diariamente, la bomba de tiempo ya no es un juego, el coco del que tanto se hablaba llegó y lo tenemos al frente: es el hambre sumada al alto costo de la vida que ya no te permite comer bien por lo menos una vez a la semana.

¿Quién (que no sea un enchufado) puede pagar una harina de PAN en 25 mil bolívares, 400 gramos de café en 40 mil bolívares, un kilo de arroz en 40 mil bolívares, pollo en 50 mil bolívares o carne en 90 mil bolívares?, esto es una locura colectiva cuando se llega y se sale del supermercado.

Sin duda alguna tendremos las navidades más infelices que hayamos tenido en los últimos tiempos; encuestadoras en el país ya han medido en qué invertirá el venezolano sus utilidades, y la “tendencia irreversible” como diría Tibisay Lucena, es en la compra de comida, y no en los estrenos o el regalo del Niño Jesús. 

Nos toca reinventarnos mientras salimos de la pesadilla, aunque hoy mi artículo va por el tema lo social y lo dramático de la situación; respetando el criterio de los abstencionistas y de los votantes, creo oportuno pedirles una reflexión: ya no se trata de repetir “si votamos y defendemos ganamos”, se trata avanzar en el terreno y no perder los espacios; el gobierno ve el juego político como una guerra y táctica militar y nosotros como civiles y demócratas.

La lucha es en todos los terrenos y en toda la tabla del ajedrez, por eso insisto que no votar el 10 de diciembre genera más contra que pro. Por mi parte estoy convencido que esa es una de las herramientas que no pienso dejársela a los hambreadores y miserables de quienes nos gobiernan desde hace 18 años y nos pretenden  imponer un modelo a costa de lo que sea.

Estamos sentados en una bomba de tiempo y urge desactivarla con el voto y la calle; ese es el código secreto y la combinación está en las manos de cada uno de nosotros, los venezolanos.
Edward Rodríguez
@edwardr74




martes, 7 de noviembre de 2017

Municipales: coherencia o pragmatismo



Coherencia o pragmatismo, he ahí el dilema. Estos dos términos mantienen divididos a los venezolanos de cara al próximo proceso electoral del 10 de diciembre, y el cual pareciera que cuenta con todas las garantías de abuso y arbitrariedad de un Gobierno, que a su antojo, quita y pone fecha de elecciones como si de un jarrón chino se tratara.

Apenas se anunció la jornada de inscripción de candidatos y se dio el pitazo de partida, salieron a aspirar hasta los que usted menos se imaginaba; por eso defino la  política  como “el arte de lo posible”, en donde si usted suma dos más dos, no son cuatro si no que son cinco; o si resta tres menos tres no es cero, si no uno. En fin así es ese negocio de la “política”.

Vimos a militantes de Primero Justicia inscribirse con la tarjeta de otros partidos pese a la posición de su directiva de no participar; los adecos también se inscribieron, pero Ramos Allup se lavó las manos al mejor estilo de Poncio Pilatos; colegas periodistas también salieron a inscribir sus nombres para participar en las municipales.

También fuimos testigos por las redes sociales, de la inscripción de la candidatura Yon Goicoechea a la alcaldía del Hatillo, horas después de haber sido liberado; lo propio hizo Manuel Rosales quien aspira nuevamente a la gobernación del Zulia tras ser habilitado para ejercer cargos políticos, hace menos de una semana.

Ahora bien, frente a este panorama, cuando escucho hablar de los “argumentos coherentes” para no participar en las elecciones me parecen muy válidos, igual me ocurre, pero en menos proporción, con los “argumentos pragmáticos” del porqué sí se debe participar. El problema radica en definir ¿quién fue primero, el huevo o la gallina?

La fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente fue la que convocó los procesos electorales, y tanto para esta elección municipal como para las pasadas regionales del 15 de octubre, ambas fueron convalidadas por los actores políticos de la oposición que participaron; entonces entramos en el dilema: ¿Cuál sería lo coherentemente pragmático?

Sin duda alguna, el elector hoy está mucho más confundido, sacarlo de ese trance, motivarlo y convencerlo de ir a votar, es la tarea que le toca hacer a los candidatos por un lado; así como luchar contra los abstencionistas, por el otro lado. Una guerra titánica en el mismo bando opositor.

Valga señalar que si de algo estoy seguro es que el 10 de diciembre, por los vientos que se soplan, ganará la abstención; primero, porque es un proceso electoral de tercer nivel que genera poca participación, y segundo, por tener tres campañas al mismo tiempo y para alcanzar el mismo objetivo. La primera es la del Psuv y sus mentiras; la segunda y tercera es la de la Unidad dividida en: defensa del voto, y en no botes tu voto.

Sin duda, un panorama no muy alentador pero sí aleccionador, pues si la oposición no enrumba el barco en unidad de criterio, en intereses comunes y en el respeto al ciudadano, ambas tendencias terminarán erosionando el instrumento del voto, recordemos que en el juego trancado gana el Gobierno y pierde Venezuela.

El futuro del país sigue en juego y ahora está en las manos de los coherentes y los pragmáticos; cada uno con fuerza, con argumentos, y con el deseo común de poner fin a esta pesadilla para construir una nación de progreso y oportunidades para todos por igual.

Edward Rodríguez
@edwardr74



Hay que jugarle limpio a Venezuela

  Después de casi cinco años sin sentarme a escribir un artículo de opinión, que hacía con rigurosidad todas las semanas hasta diciembre del...