martes, 17 de abril de 2018

Un Gobierno miserable



No más. Me niego, como muchos venezolanos, a seguir escuchando casos de familiares y amigos que mueren por falta de medicinas o de insumos médicos como una simple aguja para suturar.

Aunque la situación pareciera pasar de lo grave a lo cotidiano porque cada día se va haciendo normal oír decir: “fulano de tal murió de un infarto porque tenía seis meses sin tomarse la pastilla de la tensión porque no la conseguía”, “la vecina de planta baja falleció porque no se pudo dializar”, etc, etc, no podemos dejar de recordar que esta es la fiel muestra de la crisis humanitaria en la nos metió este Gobierno miserable.

Esta semana conocí con Norma Nobles una señora que desde hace 18 años sufre de diabetes y es insulinodependiente, con asombro le escuché decirme que desde hace seis meses no se inyecta las tres dosis diarias de insulina para mantener controlada el azúcar, ¿la razón? No la consigue. No ha caído en el coma diabético porque la crisis la ha obligado a comer sólo dos veces al día y esto medianamente la mantiene estable hasta que “Dios y la Chinita quieran”, como ella misma asegura.

Su esposo, Jesús Zambrano, perdió el empleo, pero vende café en la calle para medio sobrevivir, se enfermó hace tres semanas y esto lo llevó a la “quiebra” porque el dinero que tenía para comprar el café y el azúcar para salir a vender, lo tuvo que usar para comprar la comida que sólo alcanzó para tres días.

Visita un promedio de 10 farmacias al día, todos los días, esperando conseguir el frasquito de insulina, pero la lucha es en vano. Así como su mujer hay actualmente 2.5 millones de venezolanos que sufren de diabetes según el Estudio Venezolano de Salud Cardiometabólica (EVESCAM) elaborado por la Sociedad Venezolana de Medicina Interna entre julio de 2014 y enero de 2017; en el 2016 la diabetes fue la tercera causa de muerte en Venezuela. Sólo un Gobierno miserable permite que esto ocurra.

El mismo viacrucis viven los pacientes de cáncer, cuya tasa de mortalidad aumentó a 11% en Venezuela el año pasado. Una persona que deba ser operado de esta terrible enfermedad hoy en el país cuyo “Padre de la Revolución” murió a causa de la misma enfermedad, increíblemente tiene que comprar desde la anestesia hasta un frasco de alcohol.

Olivia Rincón, de 56 años, es sólo un caso, de esos 50 mil que se detectan anualmente en Venezuela, según la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología Nacional. La operaron hace un año de cáncer en el útero, y por no encontrar un catéter para hacerse las radioterapias, la enfermedad le reapareció, pero esta vez el tumor lo tiene en el riñón izquierdo.

Han reprogramado la operación dos veces porque no encuentra una aguja para sutura, y tampoco encuentra cuatro donantes de sangre por quienes está ofreciendo hasta dos millones de bolívares por cada uno que le dé la sangre que requiere; ya no hay donantes voluntarios la crisis ha llevado que hasta los glóbulos rojos se pueden vender. Esta es otra realidad sucede a diario gracias a un Gobierno miserable e indolente.

Las dos historias de estas guerreras y valientes mujeres que cito en mi artículo son de carne y hueso y reflejan la historia de miles de venezolanos que padecen cualquier tipo de enfermedad en este país. 

No se puede pensar que la emergencia en salud sólo se vive cuando nos toca la puerta, esto es el drama diario que lo vivimos todos, a excepción de los enchufados y los jerarcas del Gobierno miserable que ni siquiera porque su “Comandante Supremo”, Hugo Chávez, padeció y falleció de cáncer, se compadecen de los niños, mujeres y hombres que sufren esa enfermedad, por sólo citar un ejemplo que les toca de cerca.

Edward Rodríguez
@edwardr74






martes, 10 de abril de 2018

Falcón sin emoción



A cuarenta y un día de la elección presidencial en Venezuela, sin lugar a duda no hay campaña en la calle, no se siente el sabor ni el sonar de los jingles, vallas, spots publicitarios, actos y propuestas de candidatos. Nada de esto han hecho Nicolás Maduro y Henri Falcón, principales candidatos de esta contienda.

Falcón arrancó con un tiro en el ala al no contar con el apoyo de la Unidad en pleno, sólo un tercio o menos de esa MUD lo respalda y lo acompaña en sus recorridos; hasta conseguir un jefe de campaña le fue difícil.

Henri sabe cómo hacer campañas, fue alcalde de Barquisimeto en dos oportunidades y gobernador del estado Lara, durante dos períodos, no es un novato en hacer campañas, ganarlas, llegar al poder y trabajar para mostrar resultados, eso se lo reconocen oficialistas y opositores en la entidad larense.

¿Quéle pasó ahora? Pues no lo sabemos, lo cierto es que no tiene sabor, no le pone sazón al paladar, le falta el ponch y eso se llama emoción. La emoción es despertar las cosquillas de la gente por ir a votar, la sed cambiar.

Si analizamos los dos últimos candidatos presidenciales, Manuel Rosales y Henrique Capriles, vemos que cuando Rosales y con dos meses de campaña  usó como slogan “Atrévete”, el momento era de atreverse a votar después que la oposición abandonó en el 2005 el espacio de la Asamblea Nacional, pensando que con la abstención se deslegitimaría el Gobierno y no fue así.

El mensaje de campaña fue la tarjeta “Mi Negra”, ¿cómo competir con el mejor momento de Chávez y con las misiones en su pleno esplendor?, una campaña dura y una derrota fulminante para Manuel Rosales, pero se hizo campaña. Resultados, Hugo Chávez obtuvo el 62.8% de los votos, y Manuel Rosales el 36.9%.

En el 2012 luego de las Primarias presidenciales de la oposición para escoger al candidato que se enfrentaría a Hugo Chávez en su tercera elección,salió a la contienda Henrique Capriles Radonski, con el slogan “Hay un camino”, el autobús del progreso y la gorra tricolor como símbolo inequívoco de su campaña y propuesta de cambio. Despertó emoción, sólo que Chávez lo venció, pero se hizo y se sintió la campaña. Resultados, Hugo Chávez 55.7% y Henrique Capriles 44.31%

Ahora bien, Falcón además de la emoción debe resolver el conflicto de la Unidad, sumar a más factores y personalidades, buscar por todas las vías el apoyo del Frente Amplio y el de los asistentes a República Dominicana,  consolidar un sólo discurso, por ejemplo, la propuesta del sueldo en dólares no está mal pero hay que digerirla y reforzar la denuncia contra este Gobierno que nos llevó al desastre social para apagar el rumor de su alianza con el Gobierno.  Sin Unidad no hay triunfo.

El otro punto importante es la organización; sin testigos, ni miembros de mesas¿quiénes le defienden la elección en caso de ganarla?, sin estos guerreros, que estén atentos y prevenidos para cobrar un eventual triunfo, es imposible que Henri pueda lograr el fin de cualquier competidor: vencer.

Esta estructura electoral sólo puede lograrla teniendo el apoyo de los partidos,  por lo que al candidato le corresponde resolver estos planteamientos antes de entrar al mes de mayo, de lo contrario vivirá un desenlace sin precedentes:perder sin reconocimiento de la mayoría y sin la remota excusa de culpar a los abstencionistas.

“Por ahora”, Falcón está raspa’o en emoción.

martes, 3 de abril de 2018

México, a las puertas del falso cambio




Arrancó la campaña presidencial en México. El próximo 1 de julio, 89 millones de electores, el más alto de la historia, tendrán la responsabilidad de elegir al sucesor de Enrique Peña Nieto para los próximos cinco años.

Tres, de los cuatro candidatos, tienen preferencia según las encuestas. Andrés Manuel López Obrador, lo intenta por tercera vez, y es sobre quien están puestos los ojos del mundo debido a la semejanza de sus discursos con los del fallecido Presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, cuando ganó por primera vez las elecciones en 1998.

Entre lo que ha dicho, y que a los venezolanos de manera muy particular nos hace sentir una especie de deja vu, está el anuncio de la venta del avión presidencial, el de bajarse sueldo al llegar a la presidencia, darle más poder al pueblo para gobernar de la mano con ellos, acabar con el continuismo, con la corrupción, con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y pare de contar.

Sin embargo, a pesar del parecido discursivo con el “comandante Supremo” de Venezuela, y sabiendo el daño que le ocasionó en las dos contiendas pasadas su cercanía ideológica con el socialismo del siglo XXI, López Obrador ha salido al paso para intentar desmarcarse de los señalamientos, y por eso en su primer spot publicitario de campaña “denuncia” que le quieren hacer daño al compararlo con los responsables de la crisis venezolana; y vaya con qué serenidad lo dice, tal cual un corderito.

El segundo aspirante  con mayor preferencia en las encuestas es Ricardo Anaya del Partido Acción Nacional (PAN), organización que sólo ha gobernado dos períodos presidenciales, con Vicente Fox y Felipe Calderón respectivamente. 

Anaya tiene a su favor la juventud, se vende como el hombre de frente con el futuro. Inició su campaña rodeado de jóvenes en un maratón digital con el objetivo de motivarlos para que enviara propuestas de gobierno, buscando empoderar a ese segmento importante de la población que exige mayores oportunidades de estudio, empleo y calidad de vida. En esta elección 12 millones de jóvenes votarán por primera vez; los llamados “millennials” son el segmento que puede definir el futuro del país azteca.

En contra tiene que su familia reside fuera de México y esta ha sido una de sus mayores críticas; también lo vinculan con hechos de corrupción cuando fue parlamentario.

El tercero en las preferencias es José Antonio Meade, del PRI, organización política con más de 70 años en el poder y que hoy sigue gobernando con Peña Nieto cuyo gobierno ha sido muy criticado por hechos de corrupción, escándalos que van desde la compra de la llamada “Casa Blanca”, hasta la fuga del narcotraficante el “Chapo Guzmán”. 

Meade busca desmarcarse de los colores de su partido por eso en su spot de presentación marca separación con la corrupción y manifiesta que su única mancha es sufrir de vitíligo; por cierto, detalle me pareció interesante por la analogía.

Durante mi estadía en ciudad de México, nada mejor que conversar con los sensores de la política, que no son más que los taxistas y la gente de a pie; ellos son conocedores de la realidad, no se engañan con los spot propagandísticos. Parte de lo que aquí he escrito es producto de sus impresiones sobre la contienda en donde se juegan su futuro, bienestar y progreso; si estuviera en México no pudiera opinar sobre este tema, pero ya en tierra venezolana, sí puedo hacerlo y por eso lo comparto con usted, estimado lector.

Ojala que los mexicanos no se equivoquen y escojan la mejor opción o la menos mala, pues de algo sí estamos seguros los venezolanos, y es que sí se puede estar peor. Hoy, nosotros que nos quedamos en el pasado y en el atraso socialmente, al ver amenazas como las que representa López Obrador sentimos que venimos del futuro.

Edward Rodríguez
@edwardr74

Hay que jugarle limpio a Venezuela

  Después de casi cinco años sin sentarme a escribir un artículo de opinión, que hacía con rigurosidad todas las semanas hasta diciembre del...