Yo odio, tú odias, él odia,
ellos odian, nosotros odiamos, todos odiamos (menos el régimen, no, ellos
“serían incapaces”). El verbo odio, en todas sus conjugaciones, está de moda en
Venezuela según el Gobierno, tanto, que a través de su brazo ejecutor,
entiéndase ANC, redactarán una Ley contra el odio.
Me imagino que el estatuto se
trata de sanciones contra la catarsis natural afectiva de querer o no querer a alguien,
esto respondiendo a las constantes increpancias que viven los funcionarios del
régimen en el exterior por parte de alguno de los dos millones de venezolanos
que han salido del país en el período de la “Revolución bonita”.
Sin traspasar las fronteras
y ante la saña pública y notoria demostrada en las últimas semanas, yo pregunto:
¿quién odia tanto al general Raúl Isaías Baduel?
Resulta sorprendente que después
de 20 días de haberlo sacado de la cárcel de Ramo Verde sus familiares y
abogados no tengan noticias del paradero del ex ministro de defensa del
fallecido Hugo Chávez.
Conversando y leyendo el
trabajo de cuatro colegas para ilustrarme un poco de lo que encierra Baduel,
todos coinciden en sus apreciaciones: hombre llanero como Hugo, amigo suyo
desde la Academia militar, compadres de sacramento y con quien participó en el primer
pacto de la Revolución conocido como el “Juramento del Samán de Güere”, del que hoy sólo pueden dar
fe el ex director de la extinta Disip, Jesús Urdaneta Hernández, desaparecido
de la escena pública como los dos primeros.
El general no participó en el
golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 como tampoco lo hizo en el “Carmonazo”
del 2002, lo que lo muestra como un hombre alejado de esas tesis de irrumpir en
el poder por la fuerza militar.
Fue quien rescató a Chávez
en La Orchila el 13 de abril del 2002, lo llevó a Miraflores, lloraron juntos e
iniciaron un segundo capítulo, puesto que el mismo Hugo Rafael llegó a pensar antes
del 11 de abril que el movimiento golpista que se gestó en su contra lo
lideraba su compadre, pero se equivocó.
Mi colega y ex compañera de
Rctv, Anahís Cruz, a quien Baduel le prohibió la entrada a la Guarnición
militar de Aragua en plena rueda de prensa, lo describe como un hombre amable,
callado, místico, organizado y devoto de la Virgen de la Milagrosa.
De los años en la cárcel a
la que fue a parar por la “apropiación indebida de 3,9 millones de dólares”
mientras fue ministro; dos colegas lo describen como un hombre respetuoso,
conocedor de la Constitución, admirador de Mandela y asiduo oyente de música sacra.
En la prisión vivió torturas y castigos para desmoralizarlo y enloquecerlo.
El mismo Raúl Isaías llegó a
decir en su momento que fue Fidel Castro quien pidió eliminarlo, pero Fidel ya
no está, ni Hugo tampoco, entonces volvemos a preguntarnos: ¿quién odia tanto a
Baduel?, ¿Con qué funcionario del régimen tiene una cuenta pendiente?.
Lo que sí demandamos, sin
tener ninguna afinidad con el general, es el respeto a los derechos humanos,
esos que tanto pregona el régimen; por años nos han machacado la historia del macabro
asesinato político de Alberto Lovera ocurrido en 1965, yo ni había nacido, pero
igual lo deploro. El Gobierno es responsable de la vida del general Baduel; esperemos
que no se les pase la mano y termine como Lovera encadenado de brazos y piernas
en una playa de Lechería.
Edward Rodríguez
@edwardr74