Desde el día que falleció el
comandante, los herederos del trono, los cercanos en el ocaso, los excluidos
del poder por chismes y diretes asumieron ser los hijos de Chávez y Bolívar.
Por un lado, hay una prole socialista.
Ellos son los que dicen darle felicidad al pueblo tomando como ejemplo a Cuba,
pero con un exagerado toque venezolano; es así como en la isla caribeña existe
la tarjeta de racionamiento de alimentos, pero en la patria del Libertador, lo
que hay es desabastecimiento; para salir del mar de la felicidad se necesita
una balsa o salir premiado en una lotería; mientras que en Venezuela hay que
desbancarse para reunir unos pocos dólares y así poder comprar un pasaje en
autobús, no en avión porque aerolíneas no quedan.
Esta descendencia de hijos
crueles, miente descaradamente; prometen luz y se va, prometen perniles y no
llegan, y si acaso llegan unos poquitos, no logras reclamarlo porque a algún
“honorable” funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana, le da por disparar
hacia la cola y matar a mansalva a cualquiera que la esté haciendo obligado por
el hambre; dan aumentos salariales que se desvanecen en la primera
compra; ganan elecciones ayudados por el CNE y someten al pueblo bajo esa
consigna miserable de “somos los hijos de Chávez”.
La otra camada la componen los
resentidos, despedidos y expulsados del cogollo; un amigo decía que los cogollos
son malos cuando no se está adentro, del resto son muy buenos.
Estos retoños lo encabezan hoy
día Rafael Ramírez el súper ministro de energía y minas y ex presidente de
Pdvsa, quien lleva en sus hombros la destrucción de la principal industria del
país, la creación de “la faja de la corrupción”, el despido masivo de
trabajadores que no eran afectos al régimen, el creador del lapidario lema
“rojo rojito”, entre otras tantas “hazañas”.
Hoy ese hijo, que a cada rato
recuerda que él fue de los poquitos que estuvo acompañando al comandante
supremo en su lecho de muerte, denuncia que vamos por mal camino, que el
control cambiario beneficia a un entorno de Maduro, que cientos de jóvenes
están saliendo de Venezuela para ser esclavos o prostituirse, que el régimen
que él representó busca a punta de fracasados Dakazos solucionar la economía.
Ramírez en su más reciente
artículo despepitó tantas cosas que uno se pregunta ¿En qué momento y lugar de
Mónaco entró en la reflexión profunda y decidió disparar contra sus hermanos y ex
camaradas sin que le cayeran esquirlas en el cuerpo?. Esos mismos hermanos que dicen
ser hijos de Chávez y Bolívar lo salvaron con una decisión del TSJ para que no
fuera investigado por corrupción en la comisión de Contraloría de la
Asamblea Nacional.
Luisa Ortega Díaz, es la otra
hija desterrada; hoy vive en el exilio como millones de venezolanos, en lo
personal valoré mucho el paso que dio en el 2017 cuando denunció que se había
roto el hijo constitucional, pero también le sale una mea culpa, igual al
maestro general Miguel Rodríguez Torres quien siendo ministro de Interior y
Justicia llevó la oleada de represión y detenciones del 2014.
No podemos dejar de mencionar
a Jorge Giordani el primero en salir del círculo de Nicolás, a él se unió Ana
Elisa Osorio; ambos fueron los primeros “hijos traidores”, según sus hermanos
de lucha.
En conclusión, tenemos dos
grupos que se hacen llamar los hijos de Chávez y Bolívar, los que
gobiernan y oprimen; y los que obligados o no saltaron la talanquera.
Escribía Carlos Alberto Montaner en estos días que en Argentina llegaron a cantar la consigna “puto y ladrón, queremos a Perón” ojala y en estos 364 días que quedan del 2018 no digamos con los hijos de Chávez y Bolívar “con hambre, miseria y corrupción me resteo hasta la victoria siempre” y procedamos a cambiar al peor gobierno de la historia democrática de Venezuela.
Escribía Carlos Alberto Montaner en estos días que en Argentina llegaron a cantar la consigna “puto y ladrón, queremos a Perón” ojala y en estos 364 días que quedan del 2018 no digamos con los hijos de Chávez y Bolívar “con hambre, miseria y corrupción me resteo hasta la victoria siempre” y procedamos a cambiar al peor gobierno de la historia democrática de Venezuela.
Edward Rodríguez
@edwardr74
Eso es esclarecedor del burdo gobierno que nos calamos, desde la desventura de Chavez, que descomposición de y cosas mal HECHO tal vez hechas a Hecho, a propósito para destruir el aparato productivo, que ganaban con instaurar un Estado Socialista, hambrear al pueblo para subyugarlo hasta convertirlo en un borrego.
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