Sin
duda la conjugación del nombre del símbolo de la Navidad “capitalista”sin la
palabra Santa, y la antítesis de la alegría como es el personaje verde y
misterioso al que no le gusta la felicidad decembrina, cobra un sentido
especial para los venezolanos al unir estas dos palabras; “Nicolás Grinch”.
Este
diciembre, que aún no termina, puede traernos sorpresas como ha ocurrido en los
últimos años: los famosos Dakazos, jugueterías, supermercados y todo lo que
significara bajar los precios, regalar la mercancía y candado a los comercios,
pudiera tener una versión nueva antes del 31.
Nicolás
en seis años ha llevado al país a casi una quiebra absoluta, sólo que ya
aprendimos, en carne propia, que arruinar una nación no se logra de la noche a
la mañana, por el contrario, lleva tiempo y dedicación, y vaya que en Venezuela
le han puesto un camión de ganas y trabajo para hacerlo en tiempo récord.
En el
2013 por citar un ejemplo económico, la inflación fue de 53%, pero cinco años
después es de más de 700 mil por ciento; si a producción de crudo se refiere,
tenemos que de dos millones 500 mil pasamos a un millón 200 mil; también
tenemos la emigración más alta en 19 años y la cual se acentuó en los últimos
seis años. Cifras van y vienen, pero ninguna baja de los cuatro millones de
venezolanos que salieron huyendo del país en busca de un mejor porvenir.
Las
universidades casi desiertas aguantando la pela, alumnos y docentes dejando
aulas desiertas, los hospitales sin insumos, las estadísticas de enfermedades ya erradicadas en siglos pasados vuelven a la
palestra, los militares cada vez más subordinados.
La
calle apagada, pero como dicen por allí “la república va por dentro”, ya ni los
bolívares alcanzan pese que le quitaron ocho ceros, y lo más asombroso: los
dólares tampoco alcanzan para vivir, algo inimaginable. Un pan de jamón que
cuesta 12 dólares en Miami, en Venezuela está 7 dólares “por ahora”, de tamaño pequeño y sin mucho jamón; si de las hallacas
se trata, el precio también es internacional.
Este es
más o menos el resumen del Nicolás que está en Venezuela y que ahora de manera
inconstitucional espera proclamarse como Presidente por seis años más, pregonando
el socialismo.
El 10
de enero de 2019 posiblemente veremos una coronación, una juramentación con la
presencia de los concejales, gobernadores, gabinete, milicia, misioneros e
invitados especiales turcos, cubanos, iraníes, chinos y rusos así como también
sus entrañables y chulos “amigos” Evo, los beneficiados de las isla caribeñas y
el infaltable Daniel Ortega.
Leía en
estos días una entrevista que le hizo el diario El País de España a Slavoj
Zizek, filósofo esloveno muy controversial; donde decía que él no defiende el
viejo comunismo, sino un nuevo comunismo globalista, hablaba de los nuevos
retos como son la ecología y renovar el
estado de bienestar, entre otros puntos. Lo paradójico es que en Venezuela no
están con el pasado, ni con el futuro.
Zizek advirtió durante años que Hugo Chávez
acabaría mal, porque “no veía lo nuevo”, sólo era “un Fidel con dinero, no
resolvía los problemas, echaba dinero a los problemas”. Quizás valdría la pena
preguntarle qué opinión le merece del sucesor de Hugo.
Al
final el Grinch terminó entendiendo y queriendo la Navidad, no se si Nicolás lo
llegará a hacer algún día.
Edward Rodrígurez
@edwardr74
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