Hace 80 años, la radio fue el escenario de uno de los
hechos históricos que logró la sintonía por 59 minutos de 12 millones de
neoyorkinos que salieron despavoridos de sus casas para observar la supuesta
invasión de los extraterrestres provenientes de Marte. El pánico lo sembró
Orson Welles el 30 de octubre de 1938 al narrar en un formato de noticiero la
“Guerra de dos mundos”.
Hoy definimos ese hecho como una fake news, es decir, una noticia falsa, pero con la característica
particular de que los oyentes no prestaron atención cuando al principio se
informó que se trataba de un formato particular de programa, y se creyeron el
cuento de Wells; que transcendió como un ejemplo de comunicación de masa y de persuasión.
Actualmente, en pleno siglo XXI los ciudadanos del
mundo, no sólo los de New York como ocurrió hace 80 años, se enfrentan
diariamente a las fake news que se
disparan por las redes sociales y medios digitales sin control ni supervisión, convirtiéndose
en una especie de verdad verdadera a la que sólo se puede contrarrestar
educando la conducta humana, pues no está en manos de la tecnología
detectarlas.
En Venezuela hemos sido víctimas o testigos, como se
quiera interpretar, de las fake news
generadas y difundidas por el régimen. Entre los ejemplos que podemos citar
están los famosos partes de guerra que ofrecía todos los días el ministro de
información en el 2013, Ernesto Villegas, sobre el estado de salud del Presidente
Chávez; las millones de casas que supuestamente construyó la Gran Misión
Vivienda; la entrega sin retraso de las cajas Clap, y pare de contar; pero la
más reciente es el supuesto regreso al país de tres millones de emigrantes
venezolanos que según Diosdado Cabello, “se fueron por moda”. En fin, un
gobierno de fake news para mantenerse.
Un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de
Massachusetts determinó que las noticas falsas se extienden mucho más rápido
que las verdaderas, demostrando que no todo lo que circula en internet es
verídico. La investigación destaca que una noticia falsa pudiera tardar diez
horas para llegar a mil 500 usuarios, mientras que una verdadera tan sólo
llegaría a un 30%.
Sin duda alguna en Venezuela, todos los días se
difunden y corren como pólvora las noticias falsas, lo peor es que los
ciudadanos están cayendo no en el cuento de Welles y la “Guerra de los dos
mundos” que sembró el pánico por 59 minutos; sino en una muy bien pensada,
calculada y premeditada manipulación y distracción a conveniencia.
El régimen, definitivamente, se aleja del cuento de
Welles para controlar y engañar; las noticias falsas que promueven corren más
por el empleo de bots, concentración del poder comunicacional y bloqueo a los
medios digitales que no se creen el cuento, y no caen en la distracción para
dejar de informar sobre el caos que a diario se vive en cada rincón del país.
El secreto está en no creer o dar por sentado todo lo
que le llega por cualquier vía. Hoy más que nunca enfrentamos en Venezuela a un
aparato comunicacional al que no se puede subestimar, si no quiere formar parte
de las “legiones de idiotas”, como
llamaba Umberto Eco escritor y filósofo italiano a las redes sociales, aprenda
a cómo no ser víctima de las fake news.
Edward Rodríguez
@edwardr74
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