Otro fracaso en puertas. Tachirenses y zulianos saben
perfectamente que Nicolás Maduro fracasó en su combate contra el contrabando de
gasolina, luego de que en cadena nacional de radio y televisión el pasado lunes
3 de septiembre admitiera que el 70% de la extracción del combustible ocurre en
ambos estados fronterizos, a pesar de la implementación del chip.
Desde hace más de seis años lo único que impedía la ejecución de la medida del
chip en Zulia y Táchira era que ambos eran gobernados por la
oposición, pero al perderse el poder
político automáticamente se perdió la fuerza de la protesta, y evidentemente al
no tener gobierno no se tienen elementos fundamentales para la lucha.
En el caso de la región zuliana, se llegó a especular
que los sensores (lectores de chip) instalados en las estaciones de servicio
respondían a un negocio del hijo del ex gobernador de turno, Francisco Arias.
Tras la casi obligatoria instalación del chip en los
vehículos, las colas para surtir combustible siguieron, los bachaqueros se las
ingeniaron para tener hasta tres chips que guardaban en el bolsillo del
pantalón, además de hacer gala de otros recursos para burlar el “combate” del
gobierno y así continuar sin problema alguno con el contrabando.
A esto debemos sumarle la participación de los grandes
peces de Pdvsa que con la “ayudaíta” de los militares pasaban por la frontera
las gandolas de gasolina directo hacia Colombia. Sobre este modus operandi, los
diputados Juan Pablo Guanipa, Eliseo Fermín y Lester Toledo, hicieron las
respectivas denuncias con elocuentes videos que no dejaban nada a la
imaginación, ni cabida a la menor duda.
Ahora que va arrancar en ocho estados fronterizo otra
prueba piloto de “combate” contra el contrabando de combustible, que consiste,
según lo anunciado con bombos y platillos por Nicolás, en surtir gasolina a
través del fulano carnet de la patria y la lectura de la huella dactilar
veremos cómo se agudizará la crisis y el caos estará a la orden del día, pues las
colas se agravarán, los dispositivos que leen el código QR del carnet y la
huella dactilar difícilmente aguanten más de 20 horas diarias de apagones.
El problema del contrabando no lo van poder controlar, ni reducir, pues no es,
“conveniente” disminuir esa parcela importante de negocio donde se lucran desde
el bombero que llena la gandola hasta el que alza el teléfono para dar la orden
de “rueda libre”.
Ahora bien, particularmente considero que como medida
de sobrevivencia, el ciudadano común que tiene su vehículo debe optar por
sacarse el miserable carnet sin patria que le permitirá pagar menos bolívares
por la gasolina y evitar que se sigan robando mucho más litros de combustible.
Ese cuento de “no me lo saco por resistencia”, suena
muy bien si lo que tienes es una bicicleta, patineta o sus dos pies para
caminar, de lo contrario estaría arando en el mar. La exigencia del carnet para
echar gasolina va sin duda alguna y los bachaqueros también se las van ingeniar
para continuar con ese negocio tan lucrativo que les genera más dividendos y menos
riesgos que el negocio del narcotráfico. Como reza el dicho “el que hace la
regla, hace la trampa”.
Esto es un tema de sobrevivencia y si en sus planes está
en no irse del país o vender su vehículo para andar a pie al menos que no tenga
cómo repararlo, cumpla con este nuevo requisito implantado por el gobierno de
Nicolás para poder acceder al combustible; aquí el que menos puja, puja una
lombriz y el que más grita que no se doblegue, tiene en su cartera el carnet de
la patria.
Un amigo español me comentaba recientemente que en
España todos disfrutaron de los beneficios de la última
etapa de Franco y al final la gran mayoría escupió sobre su tumba.
Con carnet, chip o cuanta cosa se lo ocurran serán aborrecidos
por siempre, el ahora, es un tema de
sobrevivencia.
Edward Rodríguez
@edwardr74
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